jueves, 28 de abril de 2011

"El milagro de los huevos". Maximino Soriano

 
XR2323B había llegado a la Tierra con una misión: Analizar y comprender el mecanismo milagroso de los huevos.  Me refiero a la producción, almacenamiento, distribución y consumo de los huevos de gallina.
 
 
Ciertamente contaba con sofisticados elementos de análisis; desde su nave captaba las ondas electromagnéticas de vuelta que emitía la alta concentración de proteínas y gluco-sa, una especie de radar captahuevos. Podía representar en una pantalla la ubicación de los lugares donde se hallaban los huevos y en qué cantidad. Así lo hizo.
Su muestra aleatoria fue sobre la Península Ibérica. Representó con puntos verdes en pantalla los sitios donde había gallinas ponedoras, resultaba una distribución de puntos más o menos regular, donde destacaban unos mayores que indicaban más alta concentración.
A continuación añadió puntos rojos referidos a todos los lugares donde se almacenaban huevos: grandes depósitos de distribución, puertos, supermercados, tiendas,  pollerías, pastelerías…  Una red de miles de puntos con una regularidad sorprendente. La red era tan tupida que tenía que hacer zoom varias veces sobre el mapa para ver algo.
Y además representó los huevos en movimiento en cualquier transporte, flechitas naranjas del recorrido que formaban un guirigay que le trajo a la mente la imagen de un hormiguero de enloquecidas hormigas –otro clásico de los estudios extraterrestres–.
Pero aún hizo más, añadió un contador de velocidad de producción de huevos de todas esos millones de gallinas ponedoras. La velocidad media de puestas era de unos 18 millones al día*, ¡750 mil por hora! ¡más de 208 por segundo! . Incorporó otro contador de huevos almacenados, los que había desde que se ponían hasta que se consumían; y otro contador más de velocidad de consumo (huevos rotos). Observó que la velocidad de consumo era similar a la de puesta, con leves oscilaciones que se reflejaban en el conta-dor de almacenamiento, casi constante: 324 millones* de huevos.
Estos eran los datos del milagro de los huevos. Y ahora había que responder a las preguntas: ¿Cómo era posible que si señalásemos al azar un punto en el mapa tendríamos cerca un lugar donde comprar huevos? ¿Quién había determinado los puntos óptimos de venta y de producción? ¿Cómo se había planificado la ubicación? ¿Por qué el transporte se entrecruzaba en una red ininteligible y sin embargo eficiente? ¿Porqué no faltaban huevos o sobraban?... ¿Qué autoridad eminente coordinaba todo esto?, ¿Cómo se habían puesto de acuerdo los humanos?...
El problema se presentaba más difícil de lo que pensaba, y le acuciaban las dudas y las preguntas le abrían un abismo de trabajo: ¿pasaría lo mismo con los tomates?, ¿con los coches?, ¿con las regaderas?. ¿Funcionaría el mismo sistema con las personas?, ¿con los alicatadotes, los médicos o los maestros?, incluso ¿con los políticos, los psicólogos o los curas?.
Y otra sima de preguntas era el precio: ¿Cómo era posible comprar tan rico alimento, concentrado en un huevo, intercambiándolo por el equivalente en dinero a menos de cinco minutos de tiempo de trabajo?
Y el mecanismo por el que se interrelacionaban: Todos perseguían su interés individual, ¿cómo es posible que de la suma de los intereses egoístas resultase un beneficio para casi todos?. ¿quién apartaba de la circulación a los elementos ineficientes?.
A pesar de que XR2323B tenía buenas herramientas teóricas y algún conocimiento de la humanidad, no veía claridad en el asunto. Todos sus conocimientos de física, termodinámica y leyes matemáticas de los grandes números, teorías de la complejidad y del caos, formación de fractales, principio de incertidumbre, etc.,  parecían quedarse cortos ante el milagro de los huevos.
Optó por lo más fácil, preguntar dirigiéndose a las autoridades. El Consejo de Ministros estaba demasiado ocupado con sus decretos sobre prohibiciones del uso de sustancias nocivas en el ámbito doméstico. Y el Presidente le pasó la papeleta a un comité de expertos de la Universidad, que, a su vez,  organizaron un congreso en el lugar apropiado para optimizar el cobro de las dietas y subvenciones. Para eludir pronunciarse sobre la realidad, acorde con la valentía intelectual habitual, hicieron un mediano análisis histórico de los huevos y alguna performance artística complementaria.
Pero a XR2323B esto no le servía, debía encontrar respuestas claras y concisas, subiría a la nave a un elemento del entramado de los huevos. Eligió a un vendedor de huevos a domicilio; no era un elemento importante en la cadena de distribución, pero sí un miembro muy activo. Y le lanzó la catarata de preguntas al recovero. Pero éste puso sus condiciones:
–    Vale, te respondo a todo, pero te cambio las respuestas por esa depiladora de sobacos.
–    ¿Qué depiladora?,  si eso es un destemporizador espacial con el que tengo que volver a mi galaxia.
–    Es igual yo puedo fabricarlo y comercializarlo en este planeta como depiladora.
–    Bueno, a ver tus respuestas.
–    Cuando yo era pequeño mi madre tenía un corral… 
Y todo era así, concreto, personal, anecdótico, aquel sujeto no tenía ni idea de cómo funcionaba el sistema, ni lo había aprendido nunca, ni lo había pensado siquiera.
Se quito al menda de encima dejándolo al lado de su moto Dervi con un cajón de frutas viejo arriatado a modo de portaequipajes. Y aún voceaba a lo lejos:
–    Venga va, te cambio la depiladora de sobacos por esta muñeca chochona. 
XR2323B huyó de allí, no solo de aquel humano, sino del desasosiego que le producía no entender nada, ya redactaría el informe en su casa.
El profesor del Instituto Intergaláctico de Ciencias Universales leía en el informe:
“los humanos son seres contradictorios, mitológicos, emotivos, son capaces de tener religiones, ideologías, éticas… hacer algo y combatirlo al mismo tiempo, pueden vivir de una cosa y opinar en contra de ella, crean riqueza y tienen sistemas políticos que la destruyen o tratan de impedirla…combaten la pobreza nada menos que ¡aminorando la riqueza!... viven en la paradoja permanente.”

–    No está mal, XR2323B, pero veo que no concreta la respuesta. Suspenso, vuelva en septiembre. ¡El siguiente!
–    ¿Quién yo?, si solamente estaba aquí leyendo esto…
–    Por eso mismo, venga, venga, responda.


* Datos reales de 2007 para España y Portugal, aproximados.

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