Tierra de campos
Juana Francés, junto a Pablo Serrano, Antonio Saura, Manolo Millares y otros, perteneció al grupo de artistas El Paso.
Al ser la única mujer componente del grupo, y vista la condición femenina en aquella época, ha sido la menos estudiada o tratada.
Sin embargo, su obra no es más que la creación de la monstruosidad desde el malestar que provoca al ser humano la cultura contemporánea. Bien ella declara en una entrevista al diario El País en 1976: Es que me impresiona tanto la terrible soledad del hombre en la
multitud ciudadana. Es que se coordinan tan bien las dos condiciones que
afectan a la actual condición humana: por dentro, la soledad, la
angustia.
El hombre y la ciudad
Su obra, sobre todo en la su tercera etapa, a través de la serie El hombre y la ciudad, camina en la creación de rostros desfigurados compositivamente. Para sus composiciones de cyborgs contemporáneos utiliza materiales naturales afincados en la raíz -arena o tierra-, junto a materiales artificiales creados por la vida contemporánea -enchufes, botellas de vidrio, casette, etc.-. Así, el lienzo se convierte en una danza de esa soledad y angustia del ser humano desencantado y preso de una vida crítica en los límites de la cultura y la muerte.
Un paseo por el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) para comprender su ímpetu visionario.